En el sector, la logística farmacéutica es mucho más que un proceso de soporte: es el corazón que asegura que los medicamentos lleguen en condiciones óptimas a los pacientes. Una falla en cualquier eslabón —almacenamiento, transporte o distribución— no se traduce en simples pérdidas económicas, sino en riesgos directos para la salud de las personas.
En el Perú, los retos son enormes: alta informalidad, geografía compleja, infraestructura desigual y brechas de acceso que aún afectan a millones de personas. Según DIGEMID (2025), más del 50 % de los medicamentos falsificados incautados provienen de establecimientos informales, lo que demuestra la urgencia de reforzar la trazabilidad y cerrar los espacios donde la ilegalidad prospera.
De mi experiencia en la industria, estoy convencido de que hay seis claves que pueden transformar la logística farmacéutica en el país y elevarla a estándares internacionales:
1. Trazabilidad integral como pilar estratégico para una logística farmacéutica eficiente
La trazabilidad no debe verse solo como un requisito normativo, sino como una ventaja competitiva. Un sistema robusto permite rastrear cada lote desde la importación o fabricación hasta la dispensación en la farmacia.
En mercados avanzados, se utilizan plataformas blockchain y serialización de unidades, lo que hace prácticamente imposible la inserción de productos falsificados. En el Perú, podemos empezar por expandir el uso de códigos QR vinculados al registro sanitario de DIGEMID, accesibles para consumidores y autoridades, o evolucionar hacia soluciones de trazabilidad regional que conecten toda la cadena.
2. Infraestructura de almacenamiento adaptada al territorio
Nuestro país presenta desafíos únicos: desde climas húmedos en la Amazonía hasta temperaturas bajo cero en zonas altoandinas. Una cadena de frío interrumpida en transporte o en almacén significa un medicamento ineficaz.
Aquí, la inversión en almacenes certificados con control automatizado de temperatura y humedad es crítica. Pero no basta con tener infraestructura en Lima: necesitamos centros descentralizados
de almacenamiento, cercanos a las principales redes de salud en provincias, que reduzcan tiempos de entrega y riesgos logísticos.
3. Red de transporte flexible y resiliente
La infraestructura vial en el Perú aún presenta brechas. Mientras que la costa tiene rutas consolidadas, la sierra y la selva requieren modelos de transporte híbridos (carreteras, transporte fluvial, incluso aéreo en emergencias).
Un liderazgo logístico exitoso debe diseñar rutas multimodales, trabajar con operadores locales y garantizar vehículos equipados con sistemas de monitoreo en tiempo real. Así, aseguramos que los medicamentos viajen en condiciones adecuadas y que los retrasos se reduzcan al mínimo.
4. Gestión de inventarios con inteligencia de datos
La falta de stock genera desabastecimiento y espacio para la informalidad; el exceso, sobrecostos y mermas. La clave es encontrar el balance.
Hoy contamos con modelos predictivos basados en Big Data y analítica avanzada que permiten anticipar la demanda considerando variables como estacionalidad, patrones epidemiológicos (ej. picos de enfermedades respiratorias) y comportamiento de compra.
Integrar las áreas de ventas, compras y logística bajo una misma plataforma de gestión no solo mejora la precisión, también optimiza recursos y permite decisiones rápidas ante cambios del mercado.
5. Cumplimiento normativo más allá del mínimo exigido
El marco regulatorio del Perú, alineado a estándares de Buenas Prácticas de Almacenamiento (BPA) y Buenas Prácticas de Distribución (BPD), es claro. Pero la diferencia entre una cadena promedio y una cadena de excelencia está en ir más allá de lo que exige la norma.
Esto implica auditorías internas permanentes, simulacros de contingencia, protocolos estrictos para manipulación de productos de alto riesgo y capacitación continua de los equipos. En logística farmacéutica, la cultura de calidad es tan importante como la infraestructura.
6. Sostenibilidad como nuevo estándar competitivo
La logística del futuro debe ser eficiente y responsable. En el Perú, el transporte representa cerca del 40 % de las emisiones de CO₂, y el sector privado tiene un rol clave en revertir esa tendencia.
Optimizar rutas, reducir viajes en vacío, usar empaques reciclables y apostar por flotas con tecnologías limpias son pasos necesarios. Además, integrar indicadores de sostenibilidad en la evaluación de proveedores será cada vez más exigido por pacientes, reguladores y socios internacionales.
La logística farmacéutica en el Perú enfrenta retos que no pueden resolverse con soluciones de corto plazo. Necesitamos trazabilidad robusta, infraestructura descentralizada, transporte resiliente, gestión predictiva de inventarios, cultura de calidad y sostenibilidad.
Una cadena de suministro eficiente no solo protege la salud del paciente, también fortalece la competitividad de la industria, combate la informalidad y genera confianza en el consumidor.
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